Helena Revoredo: «Tenemos establecido todo en un protocolo, incluida la sucesión»
«Nosotros creamos un protocolo, de manera que tenemos establecido todo, incluida la sucesión. Lo que es cierto es que a medida que la familia se agranda se complica», explica Helena Revoredo, presidenta de Prosegur en una entrevista a Cinco Días. «A nosotros nos sorprendió una situación a destiempo, y eso nos enseñó a prever todo tipo situaciones», añade, haciendo referencia al fallecimiento de su esposo en 1997, en un accidente de coche.
Herberto Gut había fundado la empresa en 1976. Cuando murió, su esposa y sus cuatro hijos decidieron seguir adelante con el proyecto empresarial, explican en Cinco Días. Desde 2008, el hijo mayor, Christian Gut, es consejero delegado. En la entrevista, Revoredo comenta que no tiene intención de retirarse todavía y señala que «la empresa está profesionalizada desde antes de que mi hijo se incorporara a la gestión».
Cuando le preguntan por las labores que desarrolla la Fundación Prosegur, que también preside, asegura que «es una pata importante de la compañía, que me da satisfacción». Fundada en 1983, al principio se dedicó a proyectos artísticos y culturales, «pero años más tarde, sobre todo cuando estábamos en América del Sur quisimos darle una vertiente más social, con el fin de crear oportunidades para personas con menos posibilidades, a través de la educación», explica Revoredo.
La clave para involucrar a la plantilla en este tipo de iniciativas es la comunicación y los programas de voluntariado colaborativo, según la presidenta de Prosegur. La Fundación forma y da trabajo a partir de varios proyectos. «Todo esto genera un orgullo de pertenencia dentro de una empresa con sensibilidad hacia los proyectos sociales», señala. Y añade que «es muy ilusionante ver cómo se vuelca la gente en el proyecto».
COMENTARIO DE LA CÁTEDRA
Las declaraciones de la presidenta de PROSEGUR podrían servir de guía para un curso de empresa familiar. Es de libro y estamos seguros de que les va bien por varias razones, pero por lo menos por dos.
La primera, porque supieron conjugar a tiempo un verbo básico para la buena gestión de la empresa familiar desde la óptica de la familia propietaria: anticiparse. Las sorpresas son el principal enemigo.
La segunda tiene que ver con el alma de las empresas familiares: la filantropía. Lo hemos comentado muchas veces pero no nos cansaremos de repetirlo: las empresas familiares están más enraizadas con los territorios en los que operan y las declaraciones de Helena Revoredo son una buena prueba de ello.
FUENTE: Cinco Días (9 de mayo de 2016)