en Bosch: innovación y diversificación para mantener el liderazgo
“Hay una cosa que el tiempo no cambia: nuestro compromiso por seguir mejorando”, explica Bosch en su página web. Repasamos la historia de esta empresa familiar que nació hace 135 años en Stuttgart, Alemania, en un «taller de precisión mecánica e ingeniería eléctrica» con dos empleados. Recuerda que puedes leer la historia completa de Bosch en el libro 100 familias que cambiaron el mundo.
Los orígenes
Robert Bosch inició su carrera profesional trabajando como aprendiz en un taller mecánico. Más tarde abandonó su ciudad natal para trabajar en varias compañías alemanas, estadounidenses y británicas.
Al regresar a Alemania, en 1886, fundó en Stuttgart un taller con un capital de 10.000 marcos procedentes de sus ahorros y de la herencia paterna. La empresa contaba con dos empleados: un mecánico y un chico para los recados, además del propio Bosch, que realizaba los trabajos de mecánica de precisión e ingeniería eléctrica. Pero el taller no acababa de despegar y Robert tuvo que endeudarse para modernizar las herramientas y pagar a sus empleados.
Primeros proyectos
La construcción de una central eléctrica en Stuttgart dio a la empresa el impulso que necesitaba, pues Bosch obtuvo los contratos para la instalación de circuitos eléctricos. En 1887 diseñaron el primer dispositivo de ignición magnético de bajo voltaje, un «aparato de encendido» que representó una contribución decisiva al mundo del automóvil y fue un hito crucial en el desarrollo de la empresa. En solo cuatro años, suponían el 50% de los ingresos del taller.
Pero este dispositivo no era adecuado para motores más potentes, como los de vehículos y motocicletas, así que Robert Bosch junto Arnold Zähringer, su socio, diseñaron un innovador dispositivo capaz de funcionar a altas velocidades. Posteriormente fue perfeccionado por el ingeniero Gottlob Honold, y en 1902 se presentaría el primer sistema magnético de ignición con bujías, que años más tarde permitió desarrollar motores muy revolucionarios.
La empresa pronto empezó a crecer a nivel internacional. En 1898 abrieron una oficina en Gran Bretaña, dirigida por Frederick R. Simms, y un año después se establecieron en Francia y Austria-Hungría. En 1905 se abrió una fábrica en París: la Compagnie des Magnétos Simms-Bosch. Un año después se fundó la primera sucursal en Nueva York, que en apenas unas semanas ya había firmado contratos millonarios con las principales empresas automovilísticas estadounidenses. Tras posicionarse en el mercado internacional, Bosch comenzó a diversificar su gama de productos.
El impacto de las guerras
La Primera Guerra Mundial supuso un duro golpe para la empresa, que perdió muchos de sus mercados clave y varias de sus oficinas fueron expropiadas. En 1917 la empresa se transformó en una sociedad anónima (Robert Bosch AG). El fundador se reservaba el 51% del capital, mientras que el 49% restante permanecía en poder del resto de gestores.
Tras la contienda, Bosch se reorganizó y restableció su posición en los mercados internacionales. En buena medida, esta temprana recuperación se consiguió gracias a un acuerdo con su principal competidor, Eisemann-Werke AG, otra empresa alemana que fabricaba prácticamente el mismo catálogo de productos que Bosch.
La década de 1920 se caracterizó por un aumento considerable de la competitividad de la compañía, gracias a numerosas innovaciones. La crisis de la industria automovilística de 1925 exigió implantar medidas de racionalización más severas. La empresa trató de compensar la decadencia de su industria principal mediante la búsqueda de nuevos mercados. Gracias a la adquisición de varias empresas y la creación de nuevas ramas de producción, Bosch pasó de ser un fabricante de componentes para el automóvil a convertirse en un grupo diversificado de ingeniería eléctrica.
En 1926 Robert Bosch, debilitado por problemas de salud, cedió la dirección de la empresa a un comité formado por Hans Walz, Hermann Fellmeth y Karl Martell Wild, tres colaboradores ajenos a la familia. Con el paso de los años, Hans Walz asumió el puesto de Robert Bosch, que murió en 1942. En 1937 la compañía adoptó la forma jurídica de sociedad de responsabilidad limitada (GmbH) para evitar la expropiación por parte del gobierno nacionalsocialista.
El inicio de la Segunda Guerra Mundial representó nuevamente la pérdida de algunas fábricas y el retroceso en la capacidad productiva. Al término del conflicto bélico, los colaboradores de Robert Bosch y todos los trabajadores se volcaron en el arduo trabajo de reconstruir una empresa que prácticamente había quedado en ruinas.
La recuperación
En la década de 1950 la compañía logró recuperar su posición en los mercados internacionales y en 1956 ya estaba presente en más de 130 países. Bosch continuó invirtiendo en innovación y desarrollando nuevos productos en diferentes áreas de negocio. Así, pronto se creó una novedosa gama de productos orientados al uso doméstico: electrodomésticos para hacer “la vida más sencilla dando soluciones a los problemas del día a día”.
Este gran crecimiento estuvo acompañado de una necesaria reestructuración corporativa. La empresa había alcanzado unas dimensiones imposibles de gestionar sin una mayor descentralización. Por eso, en la década de 1970 se dividió en unidades autónomas separadas en función del tipo de actividad.
En la actualidad
En 1963 la empresa dio un nuevo giro en la esfera directiva. Hans Walz, con ochenta años, renunció a su puesto de presidente, cargo que pasó a ocupar Hans L. Merkle. La última misión de Walz en la empresa consistió en cumplir los deseos de Robert Bosch: crear una fundación. Así, en 1964 la sociedad fiduciaria Vermögensverwaltung Bosch GmbH, adquirió la mayoría del capital de la empresa. Esta sociedad, que en 1969 pasó a denominarse Robert Bosch Stiftung GmbH (Fundación Robert Bosch), posee actualmente el 92% del capital del grupo, mientras que el 8% restante se encuentra en manos de la familia Bosch.
En el siglo XXI, la compañía ha seguido innovando; adquiriendo e integrando a numerosas empresas punteras, e introduciéndose en nuevos mercados, como Europa del Este. Hoy Bosch es líder mundial en tecnología y servicios. El grupo está constituido por la sociedad Robert Bosch GmbH y un conjunto de 350 filiales repartidas por 60 países. Cuenta, además, con una extensa red comercial presente en unos 150 países.
Para saber más:
- El libro 100 familias que cambiaron el mundo, de Josep Tàpies, Elena San Román y Águeda Gil López, publicado por la Fundación Serra. Descargar e-book.
- Las claves que explican el liderazgo de Bosch durante más de 100 años, por Josep Tàpies
Foto: Oficinas de Bosch en Nueva York. Fuente: web de Bosch.