La actividad empresarial cada vez se desarrolla en un entorno más VUCA (por su acrónimo en inglés), marcado por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad, explica Miguel Ángel Ariño, profesor de Análisis de Decisiones del IESE.

Un entorno es volátil cuando cambia mucho y no se sabe en qué dirección.

Una situación es incierta cuando no se sabe lo que va a pasar.

Un contexto es complejo cuando le afectan muchas causas que están interrelacionadas entre sí, de manera que si tocamos una variable, afectamos a las demás.

Una situación es ambigua cuando no se conocen las relaciones entre causas y efectos, es decir, cuando no se sabe por qué pasa lo que está pasando.

“Difícilmente encontraremos un entorno en el que se den las cuatro características a la vez”, apunta el profesor Ariño. Añade que lo importante es saber cómo manejar cada una de estas situaciones, y ofrece algunas recomendaciones para que las empresas puedan gestionarlas con éxito.