En los últimos años la actividad económica se ha hecho mucho más turbulenta y compleja. En un entorno altamente globalizado e hipercomunicado, ahora los clientes, proveedores y competidores pueden estar en cualquier parte del mundo.

“Las empresas han de saber adaptarse a estos nuevos entornos”, explica Miguel Ángel Ariño, profesor de Análisis de Decisiones del IESE. “Hay que saber dirigir las empresas en este nuevo entorno”, pues de lo contrario, se arriesgan a que les pase lo que le sucedió a Kodak o Nokia, que desaparecieron por no ser capaces de adaptarse al mercado.

Este entorno turbulento está marcado por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad (VUCA por su acrónimo en inglés). Son cuatro características que no suelen darse a la vez, pero es importante que la empresa sepa identificarlas para poder abordarlas, señala el profesor Ariño.

Por ejemplo, una situación puede ser muy compleja pero no tener incertidumbre, como resolver un cubo de Rubik. La clave está en saber cómo manejar cada una de estas situaciones y, en el próximo vídeo, Miguel Ángel Ariño ofrecerá algunas recomendaciones para hacerlo.