Es importante que la familia propietaria cuente con un protocolo familiar “por la misma razón que todo estado necesita una constitución y unos códigos”. Así lo explica Salvatore Tomaselli, profesor de la Università degli Studi di Palermo.

“La constitución o protocolo familiar establece una serie de reglas que nos ayudan a vivir bien como familia y en nuestra relación con la empresa familiar”, asegura el consultor de empresas familiares.

El experto recomienda empezar a trabajar en el protocolo familiar en el estadio fundacional de la empresa familiar, cuando los hijos del fundador se hacen mayores y crean sus propias familias, y “las relaciones se hacen más complejas”.

Añade que “el proceso es más importante que el contenido” y advierte que “los beneficios de un protocolo familiar no se miden a dos o tres años”. “Si un protocolo familiar funciona o no se ve a diez años”, asegura.