Lavazza, 125 años innovando en cafés

Luigi Lavazza fue pionero en vender mezclas de café en la tienda de ultramarinos que llevaba su nombre, ubicada en el centro de Turín. Desde 1895, el año en el que inauguró este establecimiento, el Grupo Lavazza ha seguido innovando hasta convertirse en líder en el mercado del café italiano. En este artículo repasamos los principales hitos de esta empresa familiar centenaria cuya historia completa podéis leer en el libro 100 familias que cambiaron el mundo.

Los orígenes

La empresa italiana Lavazza nació en 1895 cuando Luigi Lavazza inauguró en Turín  una tienda de ultramarinos en la que vendía jabón, alcohol, aceite, especias y café que él mismo procesaba. Innovador e inquieto, sus estudios de química le permitieron crear mezclas de café para poner a la venta un producto más exclusivo.

La Primera Guerra Mundial

A las puertas de la Gran Guerra, la empresa contaba ya con un tamaño considerable y había comprado terrenos para la construcción de una nueva sede, pero todos los planes quedaron paralizados por el conflicto armado y la familia se vio obligada a centrarse en la especialización como vía de supervivencia: aceite, azúcar y café torrefacto se convirtieron en la insignia de la casa. Tras acabar la guerra, la familia adquirió nuevas máquinas para tostar café y en 1932 empezaron a vender este producto envasado, lo que facilitaba su conservación y transporte. 

En 1927 se creó Luigi Lavazza S.p.A. y al poco tiempo se produjo el relevo generacional. En 1933, Luigi Lavazza cedió sus acciones a sus hijos Pericle, Mario y Beppe. Este último asumió la presidencia y los tres hermanos se repartieron las tareas de dirección hasta que, por desacuerdo con la política de expansión de la empresa, Mario vendió su participación a sus hermanos en 1957. Beppe permaneció en la presidencia hasta su muerte en 1971, cuando fue relevado por su hermano Pericle.

La Segunda Guerra Mundial y el traspaso a la segunda generación

La Segunda Guerra Mundial supuso un punto de inflexión para la empresa. Los problemas comenzaron antes de que estallase la guerra, cuando Mussolini bloqueó las exportaciones de café. La familia Lavazza optó de nuevo por una estrategia de especialización.

Al acabar la guerra, los hermanos Lavazza ampliaron el catálogo de productos. El hijo de Beppe, Emilio, que se había incorporado a la empresa en 1957, potenció la estrategia comercial: se creó el primer logo de la marca y se apostó por la expansión de la compañía. Como resultado, se produjo un considerable aumento del volumen de producción, que permitió el lanzamiento de nuevos productos y formatos, como el café envasado al vació en lata y en bolsa.

La incorporación de nuevas generaciones

En 1979, la empresa inauguró el Luigi Lavazza Centre for Studies and Researching to Coffee con el fin de potenciar la formación y la comunicación. Ese mismo año se produjo el relevo de la tercera generación: Emilio Lavazza fue nombrado presidente y su primo Alberto, vicepresidente. La cuarta generación desembarcó en la compañía en 1991 con la incorporación de Giuseppe, hijo de Emilio, al que seis años después se uniría Antonella, hija de Alberto.

Se continúo la política de expansión internacional emprendida en la década de 1980 y se abrieron filiales en Francia, Alemania, Estados Unidos, Austria, Reino Unido, España, Portugal y Brasil. Además, se reestructuró la empresa en varias divisiones: vending, alimentación, hostelería, restauración y catering.

A finales del siglo xx, se abrieron centros de formación en el extranjero. Actualmente, estos centros suponen una red de unas 50 sedes distribuidas por todo el mundo, donde unas 30.000 personas al año –clientes, periodistas y prescriptores– pueden aprender cómo hacer un espresso y recibir todo tipo de información acerca del café.

El siglo XXI

Para consolidar su posición en el mercado, en el nuevo siglo la empresa siguió apostando por la ampliación de la gama de productos, la comunicación a través de potentes campañas publicitarias y la expansión mediante adquisiciones.

En 2001 se incorporaron a la empresa nuevos descendientes de Luigi Lavazza, pertenecientes a la cuarta generación: Francesca, hija de Emilio, y Marco, hijo de Alberto.

En 2017, la empresa inauguró una nueva sede en Turín con 2600 m2 en los que trabajan más de 600 empleados, según explican en su web. Las nuevas instalaciones albergan las oficinas centrales y el Innovation Center Lavazza, dedicado a la investigación y la innovación.

Actualmente, la empresa está presente en más de 90 países, a través de subsidiarias y proveedores directos, y da empleo a unas 3.800 personas. Cuenta con tres plantas de producción en Italia, una en Francia, una en la India y otra en Brasil. Es líder en el mercado italiano, del que se estima que acapara un 41% del total, y se calcula que en el mundo se consumen 27.000 millones de tazas de café Lavazza al año, según se apunta en su web. En 2016 la empresa obtuvo un beneficio de 82,2 millones de euros. La junta directiva, presidida por Alberto Lavazza, reúne a cinco miembros de la familia fundadora.

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