Ford, la empresa que revolucionó el sector del automóvil
El Ford T era un coche que incluía prestaciones avanzadas a un precio asequible. El modelo fue un éxito inmediato en 1908 y, en los veinte años que se fabricó, se vendieron 15 millones de unidades. ¿Cómo consiguió una empresa fundada en Detroit revolucionar la industria automovilística estadounidense? En este artículo os lo explicamos. Podéis leer el caso completo de Ford en el libro 100 familias que cambiaron el mundo.
Los orígenes
Henry Ford, hijo de un granjero, fundó Ford Motor Company en 1903. Tras trabajar unos meses en la Detroit Automobile Company, Henry decidió establecerse por su cuenta, decepcionado por el poco interés que mostraba la empresa por la calidad y el diseño. Cuando el sector del automóvil entendía los vehículos como objetos lúdicos y símbolo de estatus, Henry Ford apostó por vender coches útiles para su público: agricultores, ganaderos y comerciantes.
El Ford T, el coche asequible
En 1908 lanzó al mercado el icónico Ford T, a un precio tan bajo (825 dólares) que parecía imposible, pues incluía prestaciones que no ofrecían sus competidores. ¿Cómo consiguió Ford obtener este precio tan asequible? Gracias a la cadena de montaje, un sistema de producción que aumentaba la productividad y disminuía los costes de fabricación: en 1920 se fabricaba cada coche en un tiempo récord, lo que permitió que el precio del Ford T bajara hasta 250 dólares.
Pero este sistema convertía el trabajo de los obreros en un proceso monótono y estresante, bajo la presión por aumentar el ritmo de trabajo. Por eso Henry Ford decidió premiar este sobreesfuerzo con compensaciones económicas: sus empleados recibían un sueldo de cinco dólares diarios, más del doble que en otras fábricas de coches. Con esta retribución podían incluso acceder a la compra de uno de los coches Ford que fabricaban.
La expansión internacional y la diversificación
Ford consideró siempre prioritaria la expansión internacional de la marca. Por ello, abrió nuevas plantas en varios países de Europa e incluso en Japón, dedicadas a la fabricación de su único modelo. Sin embargo, Henry Ford desoyó los consejos de su hijo Edsel y de los altos directivos de la empresa, que insistían en la necesidad de diversificar la producción y ofrecer modelos más atractivos y dinámicos, como hacía General Motors con Cadillac y Chevrolet, o como General Motors, que sacaba al mercado un modelo nuevo cada año. Así, Ford Motor fue perdiendo cuota de mercado: si al comenzar la década de 1920 tenía una cuota de mercado del 57%, en 1926 había disminuido al 34%.
En 1927 Ford cerró todas las plantas durante dieciocho meses hasta conseguir poner en el mercado el modelo A, que cosechó casi tanto éxito como su predecesor y del que se fabricaron más de 4 millones de unidades en plantas de montaje repartidas por todo el mundo. En los años posteriores, la empresa también fabricó camiones y tractores, y más adelante incluso llegó a construir barcos y aeronaves.
La sucesión y la evolución de la empresa
Henry Ford cedió la presidencia de la empresa en 1919 a su hijo Edsel, de 25 años, aunque el poder real seguía en sus manos. Cuando Edsel falleció de cáncer en 1943, con cuarenta y nueve años, el patriarca retomó el mando hasta entregarlo dos años después a su nieto Henry II, hijo de Edsel.
Henry II consideró prioritario dar un impuso a la expansión internacional del grupo. Con este objetivo, en 1967 se abrió la sede europea de Ford y se crearon 44 nuevas plantas de producción, 18 plantas de montaje y más de 30 almacenes.
Hacia 1930, el fundador y su hijo habían creado una estructura accionarial que, con algunas modificaciones, sigue en vigor. La familia se reservó las acciones preferentes (clase B), que llevaban asociado el derecho de voto en la junta general de accionistas. El resto, que entonces suponía el 93% del capital de la empresa, estaba constituido por acciones sin derecho a voto que se transfirieron a la Fundación Ford, lo que supuso un importante ahorro de impuestos para los donantes y sus herederos.
Henry II se retiró de sus cargos ejecutivos en 1979 y le sucedió Jaques Nasser, el primer ejecutivo externo a la familia que ocupó el puesto de CEO. En 2001 Jaques Nasser dejó la compañía y le sustituyó Bill Ford júnior, bisnieto del fundador, quien en 2006 cedió el puesto a Alan Mulally.
Con el paso del tiempo, la participación accionarial de la familia en la empresa fue diluyéndose. Así, mientras que en 1939 los Ford controlaban cerca del 7% del capital, en 2013 esta participación se situaba en torno al 2% del capital. En la actualidad, son titulares de acciones preferentes cerca de noventa miembros de la familia, descendientes del fundador.
Para saber más:
- El libro 100 familias que cambiaron el mundo, de Josep Tàpies, Elena San Román y Águeda Gil López, publicado por la Fundación Serra. Descargar e-book.
- Rodéate de los mejores y establece reglas claras. Aprendiendo del caso Ford