Boehringer Ingelheim, la empresa en la que trabajó un Premio Nobel
En 1917, la empresa Boehringer Ingelheim abrió su primer departamento de investigación. Al frente estaba el profesor Heinrich Wieland, que una década después ganaría el Premio Nobel de química. Desde el principio, este departamento fue la piedra angular que impulsó el desarrollo del negocio. ¿Cómo ha logrado este laboratorio mantener vivo su lema «creación de valor a través de la innovación» durante 130 años? En este artículo te lo explicamos. Recuerda que puedes leer la historia completa de Boehringer Ingelheim en el libro 100 familias que cambiaron el mundo. Y en El blog de Empresa Familiar, el profesor Josep Tàpies apunta algunas lecciones que este caso enseña a los empresarios familiares.
El nacimiento de la empresa
Los orígenes de Boehringer Ingelheim se remontan al año 1885, cuando Albert Boehringer compró una fábrica en Nieder-Ingelheim (Renania-Palatinado) que se dedicaba a la producción de ácido tartárico para su uso en productos farmacéuticos y tintes. La demanda de este producto se disparó en los años posteriores con la popularizaron de las bebidas con gas y la levadura química.
El primer descubrimiento
La primera gran revolución de la empresa se produjo en 1893, cuando Boehringer se convirtió en la primera empresa en desarrollar industrialmente procesos biotecnológicos. Ese año, Albert Boehringer descubrió una bacteria que permitía producir ácido láctico a gran escala, una sustancia que servía para fabricar tintes y tratar el cuero, y se usaba mucho en la industria alimentaria y textil.
El lanzamiento del primer fármaco
En su firme apuesta por la investigación y la innovación, muy pronto la compañía empezó a diversificar y ampliar su gama de productos. En 1905 desarrolló un proceso de extracción de alcaloides como la morfina, la cocaína y la codeína, sustancias que le permitieron fabricar el primer fármaco producido por la empresa, el Laudanon, comercializado desde 1915.
La creación del departamento de I+D
En 1917, Boehringer abrió su primer departamento de investigación, del que se responsabilizó el profesor Heinrich Wieland, primo de Albert Boehringer y futuro Premio Nobel de química en 1927. El trabajo del profesor Wieland permitió elaborar numerosos medicamentos. La apuesta por la innovación se ha mantenido todos estos años y se tradujo, en 1987, en el lanzamiento del primer tratamiento trombolítico existente para los ataques cardíacos, el Actilyse.
La expansión del negocio
Pronto la compañía comenzó a expandir su actividad y en 1923 estableció una nueva fábrica en Hamburgo. En 1928, adquirió la empresa Dr. Karl Thomä & Cie., dedicada a la producción de opio, un componente muy valioso para fabricar analgésicos. Cuando Albert Boehringer falleció en 1939, sus hijos, Albert y Ernst Boehringer asumieron la dirección de la compañía y la empresa continuó con su expansión y abrió en Ingelheim una nueva planta de producción de cafeína en 1942. Ya en el siglo XXI se han abierto nuevas plantas de producción en Alemania y se han adquirido otras compañías para impulsar la diversificación del negocio.
La Segunda Guerra Mundial
Las autoridades del Tercer Reich obligaron a la empresa a desplazar la producción de determinados fármacos a una nueva planta en Biberach an der Riss. En 1945, la fábrica de Ingelheim cerró sus puertas durante tres meses. Tras la Segunda Guerra Mundial se restableció la producción en la planta de Ingelheim y se inauguraron dos nueves filiales que dieron un nuevo impulso a la diversificación del negocio.
Nuevas divisiones
En 1946 se fundó CELA Landwirtschaftliche Chemikalien GmbH, una división dedicada a la producción de pesticidas que años más tarde se fusionaría con la empresa alemana Merck. En 1948 se creó Olivin, para la fabricación y venta de cosméticos. En 1955 se lanzó una nueva división dedicada a la salud animal, que se convirtió posteriormente en una filial especializada en medicina veterinaria: Boehringer Ingelheim Vetmedica GmbH.
Presencia internacional
Desde mediados de la década de 1950, el grupo comenzó a tener presencia internacional. Su primera filial se estableció en 1948 en Viena, y más tarde se abrieron sucursales en España, Italia, Brasil Japón, Venezuela y Canadá.
Las nuevas generaciones
Tras la muerte de los hermanos Boehringer, su cuñado, Julius Liebrecht, fue nombrado presidente de la junta de socios en 1965. La tercera generación de la familia se unió a la empresa poco después: en 1967 se incorporaron el hijo de Julius Liebrecht, Hubertus, que fue designado presidente en 1971; y Wilhelm Boehringer, hijo de Albert Jr. Boehringer, que dirigió la división de Producción y Tecnología hasta su muerte en 1975. Christian Boehringer, de cuarta generación de la familia, fue nombrado en 2007 presidente de la junta de socios, organismo que vela por los intereses familiares. Hoy en día, la familia Boehringer sigue controlando el cien por cien del capital de la empresa.
En la actualidad
Boehringer Ingelheim cuenta actualmente con 140 filiales y 20 plantas de producción repartidas por todo el mundo que emplean a más de 46.000 personas. El grupo se estructura en dos divisiones: Farma Humana y Salud Animal.
Para saber más:
- El libro 100 familias que cambiaron el mundo, de Josep Tàpies, Elena San Román y Águeda Gil López, publicado por la Fundación Serra. Descargar e-book.
- Crear valor a través de la innovación: el caso Boehringer Ingelheim