Felicidad y familia empresaria: ¡ser feliz depende de ti!
“La Felicidad depende de nosotros mismos.” – Aristóteles
¿Qué me haría más feliz? Reflexiona sobre esta pregunta durante unos minutos. Algunas de tus respuestas podrían ser….
- Perder peso
- Curarme de una enfermedad crónica o una discapacidad
- Tener un bebé
- Encontrar pareja
- Verme más joven
- Que mis hijos sean magníficos estudiantes
- Tener una casa más grande
- Tener un coche nuevo
- Tener más dinero
- Tener más tiempo
- Tener una pareja más atenta
- Vivir en otra ciudad/país
- Encontrar un nuevo trabajo donde gane más dinero y tenga más tiempo para dedicarme a lo que realmente me gusta
- Tener unos padres más cariñosos
- Tener unos hermanos más cercanos
Si tus respuestas coinciden o se asemejan a las de este listado (la mayoría de las personas encuentran una o varias coincidencias), te sorprenderás al leer la serie de artículos sobre felicidad [1] y empresa familiar que hoy iniciamos. Según numerosas investigaciones científicas, ninguna de las respuestas que aparecen en el listado te hará significativamente más feliz [2]. Esto no significa que la meta de ser feliz sea irreal, sino que continuamente buscamos la felicidad en los lugares equivocados [3]. De acuerdo con los estudios más recientes sobre felicidad [4], todo aquello que tiene un impacto real en nuestro nivel de felicidad tendemos a pasarlo por alto, mientras que continuamente nos concentramos en una serie de aspectos que tienen un efecto muy reducido en nuestro grado de felicidad.
«Continuamente buscamos la felicidad en los lugares equivocados (…). De hecho, solamente un 10% de nuestra felicidad está relacionada con nuestras circunstancias vitales y aproximadamente un 50% depende de factores genéticos.»
¿Qué determina nuestra felicidad?
Tras décadas de investigación científica, los expertos en el ámbito de la felicidad humana han logrado identificar los principales factores que determinan nuestra felicidad [5, 6], que aparecen representados en la Figura 1:
La parte azul de la Figura 1 nos muestra que aproximadamente un 50% de las diferencias en los niveles de felicidad de las personas se deben a factores genéticos. Estudios realizados con gemelos idénticos sugieren que cada uno de nosotros nacemos con un «nivel base de felicidad”, originado por la genética de nuestra madre biológica, nuestro padre o ambos [8]. Según estos estudios, a lo largo de la vida estamos vinculados a este nivel base de felicidad, y siempre volvemos a él después de cualquier gran triunfo o complicación en la vida.
Quizás uno de los datos que más llama la atención de la gráfica es que solamente un 10% (parte roja) de nuestra felicidad está relacionada con nuestras circunstancias vitales. Esto significa que el ser rico o pobre, formar parte de una empresa familiar o no, tener o no gran belleza física, tener hijos o no, etc., solamente influirá en un 10% de nuestro nivel de felicidad [9].
«La clave de la felicidad radica en nuestras actividades diarias intencionadas, es decir, que depende de nosotros».
Teniendo en cuenta nuestros factores genéticos y la complejidad de nuestras circunstancias vitales, en el gráfico podemos observar que aún queda un 40% (la parte verde de la figura 1) de nuestra felicidad por ser explicada. ¿De qué depende este 40%? De nuestro comportamiento. Es decir, la clave de la felicidad no reside en cambiar nuestros genes (lo cual resulta bastante difícil a día de hoy) o nuestras circunstancias de vida (volvernos ricos, famosos o mudarnos a otra ciudad), la clave de la felicidad parece radicar en nuestras actividades diarias intencionadas, según indican las investigaciones.
La Figura 1 muestra claramente el potencial que existe en ese 40% que está en nuestras manos: es un 40% de oportunidades para aumentar o disminuir nuestro nivel de felicidad a través de lo que hacemos cada día y de nuestros pensamientos en relación a nuestra vida [10].Esto es una excelente noticia, pues significa que podemos hacer mucho para aumentar nuestro nivel de felicidad si aprendemos cuáles son los comportamientos y los pensamientos que comparten las personas extremadamente felices.
Hoy en día, existe mucho material científico que revela el tipo de atributos, pensamientos y comportamientos que caracterizan a las personas más felices [11].Aprovechando todo este conocimiento, en esta serie de artículos sobre felicidad en la empresa familiar presentaremos varias estrategias para tener una vida más feliz y contribuir a la armonía y el bienestar de la empresa familiar.
Debido a la interrelación entre los sistemas familia y empresa, numerosos estudios [10] consideran que las empresas familiares son contextos especiales donde se ponen en práctica de manera natural muchas de las estrategias propuestas por la ciencia de la felicidad. Esto hace de la empresa familiar un contexto idóneo para aumentar nuestros niveles de plenitud vital. Además, desde la mejor versión de nosotros mismos podremos contribuir a la felicidad de los miembros de las siguientes generaciones y transmitir de una manera positiva el legado familiar a través de las generaciones.
¡Ser más felices está en nuestra mano! Y en los próximos artículos veremos diferentes estrategias para aumentar nuestro grado de felicidad y cómo esta felicidad puede contribuir positivamente al desarrollo de la empresa familiar.
Por Lucía Ceja, investigadora de la Cátedra de Empresa Familiar del IESE
Referencias
[1] Debido a la complejidad que supone el concepto de felicidad (por ejemplo, Aristóteles, ética a Nicómaco. Estudio preliminar de Salvador Rus Rufino, 2009), existe actualmente un interesante debate dentro de la psicología positiva acerca de qué se está estudiando realmente: la felicidad o el bienestar subjetivo (por ejemplo ver: Seligman 2011; Diener & Biswas-Diener, 2008). Actualmente la mayoría de los autores utilizan los términos de felicidad y bienestar subjetivo de manera intercambiable (Lyubomirskly, 2013).
[2] Lyubomirsky, S. (2007). The How of Happiness. A New Approach to Getting the Life You Want. Pinguin Books.
[3] Wilson, T.D., and Gilbert, D.T. (2005). Affective forecasting: Knowing what to want. Current directions in Psychological Science, 14: 131-34.
[4] Lyubomirsky, S. (2013). The myths of happiness: What should make you happy, but doesn’t, what shouldn’t make you happy, but does. Beijing, China.; Diener, E., & Biswas-Diener, R. (2008).
[5] Rethinking happiness: The science of psychological wealth. Malden, MA: Blackwell Publishing Seligman, M.E.P., & Csikszentmihalyi, M. (2000). Positive Psychology: An introduction. American Psychologist, 55, pp.5-14.
[6] Lyubomirsky, S., Sheldon, K.M., & Schkade, D. (2005). Pursuing happiness : The architecture of sustainable change. Review of General Psychology, 9, pp. 111-113.
[7] Wilcox, K.J., Segal, N.L., & Rich, S. (1988). Personality similarity in twins reared apart and together. Journal of Personality and Social Psychology, 54, pp. 1031-1039.
[8] Diener, E., Suh, E.M., Lucas, R.E., & Smith, H.L. (1999). Subjective well-being: Three decades of progress. Psychological Bulletin, 125, pp. 276-302.
[9] Lucas, R.E., & Donnellman, M.B. (2007). How stable is happiness: Using STARTS model to estimate the stability of life satisfaction. Journal of Research in Personality, 41, pp. 1091-1098.
[10] Lyubomirsky, S. (2001). Why are some people happier tan others?: The role of cognitive and motivational processes in well-being. American Psychologist, 56, pp. 239-249.
[11] Ceja, L. (2014). Towards a positive organizational study of family-owned businesses: Embracing a fertile territory. European Journal of Work and Organizational Psychology, 23, pp. 665-668.